martes, 20 de diciembre de 2016

UD.3. UN CAMINO POR DONDE TRANSITAR

Cuantas veces nos hemos hecho la pregunta: ¿qué hubiera pasado si en lugar de tomar una determinada decisión hubiera tomado otra? Ciertamente, los hombres y las mujeres estamos llamados a tomar decisiones y a ponerlas en práctica. Lo que no podemos permitirnos es actuar irreflexivamente.
Dios, al crearnos, nos dio todas las capacidades para que pudiéramos afrontar los diferentes retos y las diferentes cuestiones con garantías suficientes para poder decidir, para buscar soluciones y para hallar respuestas. Sin embargo, no siempre hemos decidido, buscado y hallado soluciones de manera correcta.
Planteado de otra manera: ¿la guerra es evitable?, ¿la violencia en el ámbito de las relaciones afectivas, del matrimonio, de la familia podría no darse?, ¿la crisis económica que padecemos con sus consecuencias tan lamentables podría no haber tenido lugar?, ¿la esclavitud laboral, sexual, por motivos ideológicos o de cualquier otra índole con la gravedad y extensión actuales se podrían anular?
¡Qué diferente podría ser realmente nuestra historia, la historia de la humanidad?
Esto es lo que nos proponemos aprender...
Objetivos:
  1. Comprender la importancia que tiene la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) y sus aportaciones a la construcción de la persona y de la sociedad.
  2. Distinguir entre DSI y diversas aportaciones culturales, antropológicas, sociológicas, políticas, económicas, etc.
  3. Conocer los ámbitos de reflexión de la DSI.
  4. Averiguar por qué la DSI es la respuesta que desde el Evangelio se da a cuestiones que aparentemente no entran como propias en la religioso.
  5. Reflexionar sobre como los cristianos podemos llevar las orientaciones de la DSI a la vida diaria y a cuestiones prácticas.
Contenidos:
  1. ¿Qué es la DSI?
  2. ¿Qué dice la DSI sobre la persona y sus derechos?
  3. ¿Qué dice la DSI sobre la vida?
  4. ¿Qué dice la DSI sobre el trabajo?
  5. ¿Qué dice la DSI sobre las relaciones internacionales?
  6. ¿Qué dice la DSI sobre la economía?
  7. ¿Qué dice la DSI sobre sí misma?


Toda vez que hayas visto los dos vídeos, trata de responder a estas tres cuestiones:
-¿Qué es la DSI?
-¿De qué se ocupa la DSI?
-¿Dónde se encuentra recogida la DSI?

domingo, 18 de diciembre de 2016

VIDA Y DIGNIDAD, DOS REALIDADES INSEPARABLES

En nuestra sociedad, no pocos viven como si Dios se hubiera vuelto un ser lejano y abstracto. Como consecuencia, ya no se cree que el hombre es importante a los ojos de Dios. Se piensa y se actúa considerando que todas las cosas son en definitiva nuestras, y que para Dios no tienen demasiada importancia ni le preocupan. El hombre ha decidido construirse a sí mismo y reconstruir el mundo sin contar realmente con Dios. Prescindiendo de Dios el ser humano pierde su gran valor y su dignidad. La consecuencia inevitable es la relativización ética; la manipulación del ser humano propiciada por ideologías o sistemas económicos interesados y la búsqueda del sentido de la vida en lo fugaz y transitorio.
La defensa de la vida no es un asunto de ideología religiosa, sino una cuestión de humanidad y de defensa de la persona humana en todo momento de su desarrollo. Que incoherencia ser defensores del ser humano que está por nacer y ser indiferentes frente a las vidas que día a día son atropelladas en sus derechos sociales. Los cristianos tienen que ofrecer una defensa coherente: si defendemos la vida, la defendemos siempre.
Hay que tener presente que el aborto no es únicamente la defensa de un principio religioso sino una cuestión de humanidad, cuyos protagonistas suelen ser personas vulnerables, que muchas veces se encuentran en extrema indefensión. Por eso la Iglesia no puede quedar fuera del debate, puesto que sería infiel a su mandato evangélico de opción preferencial por los desfavorecidos.
Para un discípulo de Jesús el derecho a la vida constituye el derecho fundamental esencial, en la medida en que es el supuesto básico sin el cual los restantes derechos no tendrían existencia posible. Por este motivo su defensa recae en el deber de reafirmar la dignidad y los derechos fundamentales de todo ser humano, incluso en las primeras etapas de su existencia. Un cristiano defiende la vida porque no tolera que la vida humana quede sujeta a la mentalidad individualista, al punto que la vida pueda ser manejada como una propiedad privada. En otro aspecto, no concibe que existan fases subhumanas de otra plenamente humana o que existan vidas que tengan mayor valor o utilidad que otras. Esta serie de fronteras no son aceptables desde su concepción del ser humano.
La defensa de la vida que el cristianismo hace no admite la idea de una “humanización progresiva o gradual” de la vida humana. Para el seguidor de Jesús de Nazaret, cada momento del desarrollo humano constituye un todo. Asimismo, no cree que la vida de los primeros estadios esté dotada de cierta precariedad, sino al contrario. El Evangelio hace una opción preferencial por las vidas vulnerables, porque toda vida humana es importante en todo momento.
El cristianismo ve en todos los seres humanos seres plenos con igual derecho a la vida, dignidad. El cristiano desde la palabra de Jesús, no busca moralizaciones sino buscar mínimos éticos que toda sociedad civilizada debe respetar, entre los cuales se encuentra e derecho a la vida, desde su origen hasta su final, presupuesto fundamental de todos los demás derechos.
Las técnicas de reproducción asistida, el aborto, la clonación, la eutanasia no son únicamente una problemática de salud pública, es un asunto de derechos humanos y de justicia social, que implica y compromete a la sociedad entera. En esta discusión, pues, están en juego los fundamentos de nuestra convivencia social y de nuestra legitimidad democrática.
La defensa de la vida emprendida tiene como misión fundamental recordar aquellos argumentos que son obvios y simples, pero que a veces se olvidan, como justamente lo han hecho discursos ligados a corrientes relativistas, profundamente subjetivistas… a ellos habrá que responder citando a Antonio Machado “¿Tu verdad? No, la verdad; / ven conmigo a buscarla. La tuya, guárdatela”.
Junto a la anterior frase de Antonio Machado existe otra muy significativa: “La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés”. Es cierto que la verdad es verdad con independencia de quien la diga e incluso de cómo se diga. Hoy existe la opinión errónea bastante generalizada de confundir “opinión personal” con “verdad”. De hecho, se oyen afirmaciones como “esa será tu verdad, mi verdad es muy diferente”. Un gran pensador decía que la verdad tiene cuatro cualidades: es objetiva, es transcendente, es liberadora y es compartida.
Para finalizar, trata de resumir la reflexión que hemos compartido con esta entrada no sin aclarar el significado concreto de esas cuatro cualidades (objetiva, trascendente, liberadora y compartida) que atribuimos a la verdad en la que tenemos depositada la fe.

viernes, 2 de diciembre de 2016

PRINCIPALES PROBLEMAS BIOÉTICOS. DOCUMENTACIÓN-PRESENTACIÓN POR PAREJAS

Aunque, como sabemos, la bioética abarca mucho más..., vamos a centrar nuestra atención en la consideración de aquellos problemas que afectan directamente a la dignidad de la persona.
Los temas seleccionados para que trabajéis por parejas son los siguientes :

- Técnicas de reproducción asistida. 1

- Interrupción voluntaria del embarazo; aborto. 2

- Ingeniería genética y clonación. 3

- Experimentación sobre seres humanos, transplantes de órganos, drogras, etc. 4

- Eutanasia. 5

Fijaros en la numeración adjunta para saber cuál es el problema que tenéis que trabajar concrétamente cada emparejamiento.
Recordad que la documentación y presentación de vuestro trabajo ha de seguir el siguiente formato:

Análisis del problema específico.
Lo que dice la Iglesia sobre el problema específico.
Deliberación sobre los deberes.







Finalmente, para que podáis documentar especificamente "lo que dice la Iglesia" sobre cada problema, aquí tenéis las direcciones de varios documentos del Magisterio Oficial que os resultarán útiles.

Para los problemas 1, 2 y 3:
"Donum Vitae"
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19870222_respect-for-human-life_sp.html
"Dignitatis Personae"
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20081208_dignitas-personae_sp.html

Para los problemas 4 y 5: 
"Veritatis splendor" 
http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_06081993_veritatis-splendor.html
"Evangelium Vitae"
http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_25031995_evangelium-vitae.html


LOS DOS NACIMIENTOS DE LA BIOÉTICA


La bioética es un área del conocimiento nacida como consecuencia de los cambios científicos, tecnológicos, sociales y medioambientales ocurridos en la segunda mitad del siglo XX.
En su origen pudo ser confundida con una ética aplicada, dado que otra disciplina más antigua y arraigada, la ética o filosofía moral, ya se venía encargando de los aspectos teóricos de la acción humana.
Sin embargo, pronto se vio que la mayor parte de los problemas de los que se hubo de ocupar la bioética, necesitaban no sólo una respuesta práctica urgente que la ética clásica no podía ofrecer, sino también una distinta fundamentación y un distinto método para la toma de decisiones.
Así, la bioética no ha hecho más que crecer en los países desarrollados, dando lugar a un nuevo modo de plantear y resolver los problemas morales que tienen que ver con la vida en un sentido muy amplio. Y como, al fin y al cabo, la vida en general es el valor más importante de cuantos existen en la naturaleza, la bioética ha venido absorbiendo a la ética tradicional al transformarse en una “bioética global”, cuyo objeto de estudio abarca al ser humano, las futuras generaciones y el medio ambiente.

1er nacimiento de la bioética
Según se ha descubierto recientemente, el término “bioética” apareció por primera vez en lengua alemana, acuñado por el teólogo protestante Fritz Jahr el año 1927.
F. Jahr definió la bioética como la ética de las relaciones de los seres humanos con los animales y las plantas. Esto significaba dar un duro golpe a la ética predominante por aquel entonces; la ética kantiana.
Para I. Kant, el ser humano es el centro del universo y, por tanto, los deberes se determinan con el criterio de universalización, según ordena el imperativo categórico. Lo que al inicio del siglo pasado venía a decir Jahr es justo todo lo contrario: todos los seres vivos tienen que ser tenidos en cuenta en la determinación de los deberes morales y, por consiguiente, hay que elevar el criterio de universalización a criterio de globalización.
La consecuencia última de esta idea es que el imperativo categórico se transforma en un imperativo de responsabilidad, llamado por Jahr “imperativo bioético”.
Aunque la propuesta de F. Jahr no terminó de cuajar en el difícil contexto de la primera mitad del siglo XX, la idea constituía una auténtica revolución copernicana en ética y, por lo tanto, antes o después había de irrumpir nuevamente.

2º nacimiento de la bioética.
El término “bioética” lo reintrodujo Van R. Potter a finales de los años 70 en un artículo titulado “Bioethics, the science of survival”.
Lo que Potter demandaba con la reintroducción del neologismo era algo aparentemente tan sencillo como “una ética de la vida”, pues eso es lo que significa etimológicamente “bio-ética” (del griego bíos = vida…), y para ello creía inevitable una nueva disciplina que fuera capaz de comunicar, como si de un puente se tratara, dos orillas: la representada por las ciencias de la vida y la representada por la ética o filosofía de los valores.
No por casualidad,  Van R. Potter publicaría un libro titulado “Global Bioethics” (1988), donde “global” tiene un significado más amplio que “universal”, pues incluye una reflexión moral sobre el medioambiente y las futuras generaciones. De la reflexión moral centrada en el presente del ser humano, se ha pasado, pues, a una reflexión sobre el futuro de todos los seres vivos ya existentes o en vías de existir.

De ahí la consecuente concepción de la bioética como una “ética de la responsabilidad”.